martes, 23 de febrero de 2016

NUESTRO ADN ES UN BIOORDENADOR POR ONDAS

NUESTRO ADN ES UN BIOORDENADOR POR ONDAS




Tras estudiar a fondo el ADN un grupo de investigadores rusos formados por científicos de diversas especialidades como genetistas y lingüistas han llegado a la conclusión. . . 

El poder de la palabra sobre la salud, sostenido durante milenios por diversas corrientes de pensamiento, quedaría así confirmado y también la conclusión de que todo es vibración derivada de la Teoría de Cuerdas.

Tras estudiar a fondo el ADN un grupo de investigadores rusos formados por científicos de diversas especialidades como genetistas y lingüistas han llegado a la conclusión de que éste puede ser modificado mediante sonidos y frecuencias y, por tanto, por las palabras. En esta ocasión, los armónicos y las resonancias, han sido objeto detallado de estudio por el Institute Control of Sciences Russian Academy of Sciences de Moscow y el Instituto “Lebedev“.

El ADN es un ordenador por ondas

Los científicos rusos siempre han demostrado ser muy prácticos y en lugar de discutir si existen o no ángeles: ellos los buscan. Pues bien, algo similar ha hecho el biofísico y biólogo molecular Peter P. Gariaev y otros colegas suyos del Institute Control of Sciences Russian Academy of Sciences en Moscú y mientras los investigadores occidentales se centraban sólo en el 10% de nuestro ADN, la parte donde se localiza la producción de proteínas, ellos han buscado en el 90% restante porque no les resultaba creíble que millones de años de evolución hubieran hecho más importante la parte que el todo.

Así, su trabajo presenta a nuestro ADN como un bioordenador capaz de recoger y transmitir información de su entorno a través de ondas a partir de las cuales pueden modificarse los patrones de comportamiento de las células.

Tal y como recogen Gariaev y sus colaboradores en The DNA-wave Biocomputer los experimentos llevados a cabo en Moscú, así como otros trabajos teóricos les han llevado a las siguientes conclusiones:

1ª conclusión .-La evolución ha creado en los biosistemas -organismos vivos- “textos genéticos” articulados de acuerdo a patrones semejantes al conjunto de normas y reglas subyacentes en todas las lenguas humanas en los que los nucleótidos del ADN, dotados de frecuencias cargadas de información, juegan el papel de caracteres. Y a partir de esos “textos genéticos” se van conformando los distintos procesos orgánicos, Siendo pues el ser humano, en definitiva, un “bello discurso” de la Naturaleza.

2ª conclusión .-El aparato cromosómico actúa como antena de recepción y transmisión de “textos genéticos”, los descifra, los codifica y los reenvía.

3ª conclusión .-Y aún más, los cromosomas de los organismos multicelulares constituyen en forma replegada una puerta holográfica (capaz de reproducir la imagen de todo el organismo en cada una de su partes) abierta al espacio y al tiempo.

El código genético, nuestra primera lengua

Para su estudio del ADN, Gariaev -director del Instituto de Biología y Medicina por Ondas en Moscú y miembro de la Academia Rusa de Ciencias Naturales, de la Academia Rusa de Ingenierías y Medicina, y de la Academia de Ciencias de Nueva York- se rodeó de físicos del renombrado Instituto Lebedev: biólogos moleculares, biofísicos, genetistas, embriólogos y lingüistas. Y desde ese campo comenzaron a llegar las sorpresas…

El lenguaje de los lingüistas y el de los biólogos definen el fonema como la unidad mínima de una lengua que no se deja analizar en unidades más pequeñas (nucleótido). También han descubierto que la inteligencia subyacente en los procesos que dan lugar a una lengua se da ya en la interrelación y elección de compañeros para la síntesis de proteínas a nivel del ADN.

Esto no quiere decir que la capacidad de hablar sea sólo un efecto secundario de las proteínas elaboradas por algunos genes sino que el orden de los nucleótidos en el ADN sigue un plan inmaterial inteligente que ha sido imitado en la estructura de nuestros idiomas.

Pues bien, los investigadores rusos están convencidos de que armonizando los sonidos que emitimos, es decir, palabras, en una determinada frecuencia se puede llegar a influir en el ADN. Ello quizás pudieran explicar los sensacionales descubrimientos del investigador japonés Masaru Emoto que descubrió que la estructura del agua cambia con el sonido, las emociones y los pensamientos y demostró mediante experimentos acompañados de gran cantidad de imágenes gráficas cómo las palabras y la música son capaces de alterar la estructura molecular del agua.

También a este respecto, el doctor Mitchell L. Gaynor ,director del Departamento de Medicina Oncológica e Integrativa del Centro Strang-Cornell para la prevención del cáncer de Nueva York, afirmó haber utilizado terapéuticamente con éxito el sonido obtenido en los cuencos de cuarzo en cientos de pacientes.

Hablamos, en definitiva, de la posible explicación del poder de la Musicoterapia pero también de por qué funcionan las afirmaciones positivas, los mantras, las inducciones hipnóticas y, por supuesto, la oración.

Recordemos que desde hace miles de años los maestros espirituales vienen insistiendo en la posibilidad de alcanzar a través de la oración, la repetición sistemática de palabras o frases -mantras- o los estados alterados de conciencia la posibilidad de actuar sobre la propia salud y la de los demás.

Una antena gigante

El ADN cromosómico en los sistemas vivos tiene atributos de onda que nos llevan a una dimensión desconocida. El código genético es tan sólo la parte del código referida a la síntesis de proteínas… y nada más. Pero los cromosomas trabajan como ordenadores solitónicos holográficos bajo la influencia de radiaciones láser endógenas del ADN.

Las consecuencias de todo esto son tan incomprensibles como simples y lógicas: si uno modula un láser con una determinada frecuencia puede afectar con ella la información de las ondas del ADN y, así, la información genética en sí misma.

Para ello el ADN funciona como una antena cuyas características técnicas vienen determinadas por su tamaño. La molécula extendida tiene alrededor de dos metros de larga y una frecuencia natural de 150 megahertzios.

El ADN, según las investigaciones científicas de los rusos, no sólo puede resultar afectado por la radiación electromagnética de forma dañina, algo que ya sabíamos, sino que también puede ser alterado en la dirección contraria con la radiación adecuada porque, en el fondo, para ello somos portadores de un microchip electrobiológico, un superconductor que toma la información electromagnética del ambiente, la almacena y posiblemente después de codificarla puede también emitirla.

Este hecho abre posibilidades desconocidas hasta ahora para la medicina. Porque con los dispositivos adecuados, igual que ahora aplicamos corrientes electromagnéticas para ayudar a la recuperación de una lesión ósea o muscular… en el futuro podremos actuar sobre el metabolismo celular y desarrollar nuevas terapias contra las grandes enfermedades. Hasta la reparación de defectos genéticos sería posible sin los riesgos y los efectos secundarios de los procedimientos actuales.

Una puerta al espacio y el tiempo

Aún existen otros descubrimientos que nos sitúan al borde mismo de la imaginación porque nos hablan de una comunicación a nivel cuántico de nuestro ADN que rompería las barreras del espacio y del tiempo lo que confirmaría la visión holística de un ser humano interrelacionado con todo y con todos.

Los científicos rusos descubrieron con sus experimentos que la oscilación vibratoria de nuestro ADN puede causar patrones de perturbación en el vacío produciendo así agujeros de gusano magnetizados, equivalentes microscópicos de las perturbaciones Eisntein-Rosen formadas en las inmediaciones de los agujeros negros.

Y recordemos que los agujeros de gusano son considerados por la Física teórica comotúneles que conectan áreas completamente diferentes del universo a través de los cuales se puede transmitir información fuera del espacio y del tiempo. A través de los agujeros de gusano microscópicos el ADN podría atraer información de más allá del vacío e incorporarla a nuestra conciencia.

En la Naturaleza, la hipercomunicación se ha venido produciendo con éxito durante millones de años. El comportamiento social de los insectos podría servirnos de prueba, Cuando una hormiga reina es separada “espacialmente” de su colonia la construcción continúa de acuerdo a lo planeado. Sin embargo, si se mata a la reina se detiene todo el trabajo en la colonia. Ninguna hormiga sabe qué hacer.Aparentemente la reina es la portadora de los “planes de construcción” y los envía incluso desde muy lejos por medio de la “conciencia grupal” de sus súbditos. Ella puede estar tan lejos como quiera mientras esté viva.

En el hombre tenemos ejemplos que hasta ahora han sido considerados más o menos anecdóticos y que podrían referirse a este tipo de hipercomunicación que normalmente es experimentada como inspiración o intuición.

Cabe añadir que cuando la hipercomunicación tiene lugar se pueden observar fenómenos especiales en el ADN. Los científicos rusos irradiaron muestras de ADN con luz láser en cámaras especiales. En la pantalla se formó un patrón de ondas típico. Y cuando retiraron la muestra de ADN los patrones de onda no desaparecieron: permanecieron. El patrón seguía proviniendo de la muestra retirada cuyo campo energético aparentemente subsistía por sí mismo. Este efecto fue denominado “efecto del ADN fantasma”.

Tal memoria es un aspecto no localizado del genoma. Es casi holográfico/fractal y tiene que ver, como es el caso de cualquier holograma o fractal, con la propiedad fundamental del biosistema, es decir, su habilidad de restaurar el todo a partir de una parte. Esta propiedad es bien conocida. Recordemos el crecimiento de las plantas dañadas, la regeneración de la cola de un lagarto etc. Quien sabe qué grandes descubrimientos nos depara el futuro.


Fraternalmente,


Jorge Enrique Sánchez


Fuente: Misterios de la astrofísica



Publicado por Jorge - Tanya Sánchez - Vera en 14:26


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.